Entrevista realizada por Ignacia Solano

Ananda Sibilia (escritora) y Paula Bustamante (ilustradora) crearon un bellísimo libro álbum poético que aborda la relación entre una madre y su hijo, desde el embarazo hasta su primera infancia. La propuesta ilustrada es publicada por Cocorocoq Editoras durante el primer trimestre del 2023, como una apuesta por la poesía, en un volumen que espera ser leído por madres gestantes, padres, cuidadores y cuidadoras, niños y niñas. Refugio es un espacio de celebración del nacimiento que valora el encuentro intergeneracional a través de hermosos versos e ilustraciones con un componente onírico.

¿Cómo surge la idea de crear un libro como Refugio?

Cuando nació mi hijo, los primeros días en casa fueron caóticos, los recién nacidos lloran mucho y yo me sentía sobrepasada. De pronto empecé a leerle poesía para calmarlo cuando lo dejaba en la cuna y era asombroso que resultara tan bien, nos relajábamos y él se quedaba dormido un rato. Desde ahí no paramos de leer juntos. De esa experiencia, que fue enriqueciéndose y mutando, la relación con mi hijo, que siempre me hace pensar y sentir muchas cosas, de ahí surge Refugio.  

¿Qué inspiró o te llevó a elegir este título y no otro?

Nació como una imagen, primero el libro se llamaba “Mamá refugio” porque yo tenía muy pegada esa imagen en mi cabeza, la de verme a mí misma como una casa, a veces como un planeta para mi hijo. Luego del proceso de escritura e ilustración, los años de maternidad que han pasado entre medio y de releer los poemas muchas veces, fui entendiendo que esta contención que creamos las mamás es co-creada por nuestras hijos e hijas para nosotras, ellos y ellas son también nuestro refugio, en muchos sentidos. Y es que una se compenetra tanto con ese otro u otra, que empiezas a vivir simbióticamente, me pasa que mi hijo se ha convertido también en mi planeta.

¿Te viste activamente involucrada con las ilustraciones de la misma forma que con la escritura? 

Sí, en un principio, cuando hay que decidir qué se quiere plasmar a través de la ilustración, lo conversábamos harto con Paula, luego ella tenía sus propios procesos creativos por supuesto y desarrollaba esas ideas, las enriquecía con su arte que es muy asertivo. Ahí para mí se volvía puro disfrute, era muy esperado el momento en que me mandaba avances, porque me daba mucha alegría ver sus ilustraciones.

Esta pregunta me lleva a otra, ¿Tuviste ciertos tiempos u horas para escribir?

Sí, lo escribí mientras mi hijo aún estaba chiquitito, por lo que el único rato “libre” para mí, paradójicamente, eran mis horas de trabajo formal. Por suerte a ratos el trabajo fuera de casa se pone lento y esos eran mis momentos de escritura.

¿Eres una persona que planea paso a paso la trama o eres más “libre” y “espontánea” con tu escritura?

No lo definiría como planear, por lo general todo aparece como una idea que se va asentando muy lentamente en mi cabeza, como si fuera agarrando fuerzas de a poco, macerándose y, al momento de exteriorizarla, la escritura sale de forma más o menos rápida o espontánea. 

Sabemos que una vez publicado el libro las y los lectores pueden darle distintas interpretaciones, pero ¿qué es lo que tú querías dar a conocer? ¿Qué mensaje te gustaría que recibieran los lectores y lectoras?

Yo quería hablar de esa simbiosis que creo que se da entre las madres y sus hijos, de cómo nos transformamos y nos abastecemos con ellos. Es algo que me vuela la cabeza, porque son nuestras creaciones, se hicieron de nuestra sangre, de nuestros cuerpos, y luego de que nacen seguimos construyéndonos y alimentándonos día a día. 

¿Cómo fue el proceso y experiencia de creación con la editorial? 

Cuando una manda maquetas esperando ser publicada lo hace a las editoriales en las que le gustaría estar, a mí me gustan los libros que hacen las editoras de Cocorocoq, entonces es muy gratificante formar parte de su colección. El proceso desde el primer contacto ha sido muy fluido, ellas además son consideradas y atentas, entonces se siente que todas las partes estamos unidas en generar una publicación cuidada, con cariño.